Sí, sí, tal como suena, lo podéis ver en la siguiente imagen:
Es real, está al norte de Berlín. Lo podéis ver en Google Maps diréctamente.
(Gracias a Paco VL)
Sí, sí, tal como suena, lo podéis ver en la siguiente imagen:
Es real, está al norte de Berlín. Lo podéis ver en Google Maps diréctamente.
(Gracias a Paco VL)
La siguiente viñeta es un puro ejemplo del posible comportamiento (bueno, más que posible sería probable) de dos personas con apariencia o comportamiento inusual, que se muestran interesados u obsesionados en un tema muy específico del que se consideran fanático (definición de la Wikipedia) en una playa nudista:
Visto en Palomitas y Maíz
El parto es el momento más emocionante de la maternidad, pero es un momento que solo las mujeres pueden “disfrutar”. Pues bien, según es sabido, los Mayas tenían un método para hacer que el hombre también “gozase” con el “placer” del parto:
A. GELTY, La diosa. Madre de la naturaleza viviente, Madrid, 1996, p. 68.
“El acto de parir, ya se trate de un hijo, una idea o una obra de arte, va siempre acompañado de dolor. Los indios huicholes piensan que la pareja de la mujer debe compartir el dolor y el placer de dar a luz: por eso, mientras ella está de parto, el marido se sienta en las vigas situadas sobre su cabeza con una cuerda atada a los testículos. Cada vez que tiene una contracción, la parturienta tira de la cuerda. Al final, el marido siente tanta alegría por el nacimiento del niño como la mujer ¡O incluso más! Esta costumbre de compartir los dolores del parto, en la que el hombre mantiene una actitud simpática de empollamiento ante la llegada del hijo, está extendida entre muchos nativos.
(Gracias Emi)
Imaginaros que eres una profesora de primaria y mandáis a vuestros niños y niñas que os hagan un dibujo del trabajo de vuestra mamá. Imaginaros la sorpresa al ver que una de vuestras niñas os entrega el siguiente dibujo:
De mayor quiero ser como mi mamá
¿Que es lo primero que pensáis? Pues eso mismo pensé yo. Con lo que le escribís una carta a la mamá para que si trabaja de “autónoma” no lo haga delante de la hija. Claro, y cual es la sorpresa de la profesora al recibir la carta de la madre: Sigue leyendo el resto de la entrada »
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